15 junio 2007

La educación moral de mi hija es asunto mío

Margarita Ponce, la madre de Blanca Díaz Ponce, sostiene que su hija es plenamente consciente y capaz de dar el paso que acaba de decidir: “Mi hija tiene una recta conciencia, que ha sido formada en casa, y no le hace ninguna falta que el Estado se meta en asuntos que sólo a la familia competen, máxime cuando está demostrado que sabe exponer sus ideas con madurez, claridad y coherencia”. Para ella “esa asignatura no es, en mi opinión, un medio para educar en nada, sino claramente perversión de menores”.

Esta madre rechaza la intromisión del Estado en la selección de los valores ideológicos y morales en los que deben ser educados los escolares. Le recuerda al Prof. Marina -quien ha salido en contra de la objeción de conciencia de su hija Blanca- la obligación y el derecho de los padres a elegir la mejor educación para sus hijos. Margarita argumenta así en su carta abierta:

“Sr. Marina, sus declaraciones me han sorprendido desagradablemente y sus opiniones sobre Educación para la Ciudadanía me han llevado al triste convencimiento de que el hecho de haber sido usted el encargado de preparar el material que “eduque” a nuestros niños y jóvenes, le ha llevado a la pendiente del “todo vale”, cuando la notoriedad y el materialismo se cruzan en el camino.

“Mi hija, ésa de la que usted dice que no tiene capacidad jurídica para declararse objetora de conciencia, si tuviera la mala fortuna de cometer un error algún día, tendría derecho a presentarse en un centro de salud y pedir la píldora el día después y se la darían sin que ni siquiera yo me enterara. ¿Me puede usted explicar, Sr. Marina, qué “incapacidad” jurídica es ésa para unas cosas y la otra “capacidad” para otras?

“La educación moral de mi hija es asunto mío. Blanca ha sido educada en valores, pero los de verdad: esfuerzo, honestidad, respeto por el otro, sacrificio y una moral que, por lo que veo, a algunos les falta.

“Le ruego por tanto, Sr. Marina, se abstenga en el futuro de juzgar cómo educamos los padres a nuestros hijos. Usted debería saber como educador, que ésa labor comporta una dedicación de 24 horas al día, durante los 365 días del año y durante muchos, muchísimos años. Y como madre de Blanca me considero agraviada con sus comentarios.

“Atentamente, Margarita María Ponce Zarza

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Leyendo un poco más, la verdad, a mí no me parece mal la inclusión de esta asignatura.

¿Qué hay de malo en enseñar valores de la Constitución, Derechos Humanos, etc?

También lo veo desde otra óptica:

Teniendo en cuenta el fenómeno de la inmigración, que muchos escolares proceden de familias inmigrantes, y que en bastantes casos esas familias vienen de países no democráticos, no me parece mal que se les enseñe en la escuela valores que es posible que no encuentren en casa.

Y al revés, también sirve para evitar de raíz males como el racismo, el sexismo o la homofobia.

La integración requiere de un esfuerzo, no sólo por parte de los inmigrantes, si no también por parte del estado, para facilitar mecanismos de integración cultural, como éste.

Pedro García-Alonso dijo...

Enseñar los valores de la Constitución y los Derechos Humanos, Carlos, no tiene nada malo. Al contrario, tiene mucho de bueno.

Pero no es un artículo constitucional el Derecho del Gobierno a educar ideológicamente a los hijos, sin preguntar antes a sus padres.

Ha advertido ya la ministra que quien no curse y apruebe esas 'asignaturas', se le negará el título.

Eso es lo más parecido al estado Cubano, al Soviético, al Nazi o al de Franco. Vamos, creo yo, que lo he sufrido. Y si no, que se tome la molestia de preguntar a los padres, no sea que esté pisoteando sus derechos.

O hagamos antes un referéndum, no vaya a ser que ZP se esté pasando cuatro pueblos en sus atribuciones, como miles de voces están repitiendo.

SantiRP dijo...

¿Quién bemoles es el Gobierno, para decirnos cuáles son los valores de la educación para familia, sexo, moral e ideología?

Yo soy blanco y libre, respeto a los de otros colores, y pienso a mi bola y como me brota. A mi hijo me lo educo yo, leches, que para eso lo he parido, y no la Teresa Fernández de la Vega, con su esposa o lo que sea eso que tenga y como quiera ella llamarlo.

No le obligo a la susodicha a estudiarse y a aprobar lo que yo opino sobre su sexo, familia y moral, luego tampoco ella tiene porqué demonios meterse a arreglar la familia, la moral o el sexo de los hijos de nadie.

Comienza, Gobierno, barriendo tu casa, que la tienes hecha unos zorros. Te asocias con unos compañeros, que incumplen descaradamente esos ideales que tanto predicas.

Resulta que esa Constitución que tanto enalteces, dice que esto, señoras y señores, es un Reino y una monarquía. ¿Qué hacemos entonces con Carod Rovira, de Esquerra Republicana de Catalunya? ¿Le va a examinar también a él a la entrada del parlamento, la funcionaria de Educación?

España es un Estado, uno, one, ein, y como se diga en ruso. ¿Qué educación les propones a Nafarroa Bai, al PNV, a Eusko Alkartasuna, al Bloque Nacionalista Galego, a todos los demás nacionalismos? Porque si la Constitución es para todos, entonces se la metes con patatas a ellos primero, coño, como dicen en mi pueblo: o f...amos todos,
¡o tiramos la ...ta al río!

Menos gastarse ZP el dinero en adoctrinar según su ideología a nuestros hijos, y más respetar a los ciudadanos que nos esforzamos por sacar nuestra familia adelante.

"Democráticamente" te sugiero que no juegues a dictador de república bananera, chato, ciudadano Zapatero.

Anónimo dijo...

Suscribo lo dicho