Coherencia: dimite la senadora socialista Mercedes Aroz; anuncia su retirada de la política y su conversión al cristianismo (Europa Press), aunque seguirá siendo militante de a pie del PSC. Mercedes es Licenciada en Ciencias Económicas y Empresariales, Doctora en Economía y Profesora de Teoría Económica por la Universidad de Barcelona, Asesora Fiscal y Asesora de la Unión General de Trabajadores (UGT) de Catalunya.
Todo un Record en votos. Su escaño ocupa el puesto más votado obtenido jamás por nadie en toda la historia del Senado: 1.602.225 de votos en la última legislatura, el 53,67% de los electores. Fue fundadora del PSC en el año 1978, durante 32 años militante en el partido socialista, diputada y senadora 21 años en el Parlamento español.
Se afilió al PSOE en 1976, proveniente de la Liga Comunista Revolucionaria, y en el PSC formó parte de su dirección política durante 18 años, así como del Comité Federal del PSOE. Diputada en el Congreso durante cuatro legislaturas, Senadora por otras dos, fue portavoz de Economía del Grupo Socialista, y adjunta a la Secretaría General en la Dirección presidida por Felipe González y Joaquín Almunia como portavoz, y posteriormente como presidente. Las declaraciones siguientes son suyas:
“Mi actual compromiso cristiano me ha llevado a discrepar con determinadas leyes del Gobierno que chocan frontalmente con la ética cristiana, como la regulación dada a la unión homosexual o la investigación con embriones, y que en conciencia no he podido apoyar. En consecuencia se imponía la decisión que he tomado”.
“He querido hacer pública mi conversión para subrayar la convicción de la Iglesia Católica de que el cristianismo tiene mucho que decir a los hombres y mujeres de nuestro tiempo, porque hay algo más que la razón y la ciencia. A través de la fe cristiana se alcanza a comprender plenamente la propia identidad como ser humano y el sentido de la vida”.
“La libertad religiosa reclama el respeto y un reconocimiento positivo del hecho religioso, frente a un intento de imponer el laicismo por parte del Estado, permitiendo la educación religiosa en la escuela”.
“Como legisladora considero que las normas jurídicas deben garantizar el bien común, algo que esta ley no cumple a mi juicio ya que no mantiene el equilibrio necesario entre la ampliación de los derechos civiles para la minoría homosexual y la salvaguarda de los intereses generales”.
“Coincido en mi oposición a esta Ley con las posiciones sobre esta cuestión de buena parte de la socialdemocracia europea y las del socialismo francés que representa Lionel Jospin, y con los argumentos jurídicos expresados por organismos representativos como el Consejo de Estado y el Consejo General del Poder Judicial. Mi crítica es a la regulación jurídica concreta por la que se ha optado para el reconocimiento de derechos a la unión de personas homosexuales, que rompe la configuración objetiva del matrimonio y no da prioridad a los derechos de la infancia”.
“La Ley confunde una institución de relevancia social, como es el matrimonio, con formas de convivencia basadas en la orientación sexual, que -como reconoce la propia Ley- son algo de trascendencia personal, aunque puedan generar derechos. Por el contrario, la unión de un hombre y una mujer, en la que se basa el matrimonio, de la que procedemos todos y que asegura el futuro de la humanidad, genera beneficios sociales y requiere, por ello, una regulación jurídica propia y una protección adecuada”.
“La Ley va más allá de equiparar uniones homosexuales y matrimonio, ya que propone cambiar la esencia de la institución matrimonial, basada en la ley natural y civil, y de la que procede también el matrimonio canónico. Y esta alteración del matrimonio implica debilitar la institución más importante de la sociedad. Y no parece que convenga a la sociedad en su conjunto que se debiliten instituciones jurídicamente consolidadas, que son su propio cimiento”.
“Con respecto a la adopción no hay estudios concluyentes sobre los efectos para el desarrollo armónico de los niños en parejas del mismo sexo. Hay opiniones contradictorias de los expertos. Por tanto, ante la duda, hay que inclinarse por anteponer los derechos de los menores, que según nuestro ordenamiento jurídico han de tener prioridad absoluta para el legislador”.
“Finalmente, lamento que en una Ley de esta trascendencia no se haya propiciado un gran consenso parlamentario y que se haya creado una situación de fuerte división social, desoyendo la posición contraria de millones de ciudadanos españoles representados por otros partidos políticos democráticos y expresada también a través de asociaciones e instituciones importantes de nuestra sociedad. Especialmente, cuando hay otras alternativas. Valga el ejemplo de la reciente Ley aprobada en Suiza que denomina a la unión homosexual ‘Pacto Civil de Solidaridad’ (PCS), que no equivale al matrimonio ni permite adoptar, pero equipara los derechos en el ámbito fiscal, penal, de sucesiones, seguridad social y jubilación”.
“He querido hacer pública mi conversión para subrayar la convicción de la Iglesia Católica de que el cristianismo tiene mucho que decir a los hombres y mujeres de nuestro tiempo, porque hay algo más que la razón y la ciencia. A través de la fe cristiana se alcanza a comprender plenamente la propia identidad como ser humano y el sentido de la vida”.
Mercedes Aroz insiste en que ella se alinea con las tesis del líder socialista francés Lionel Jospin -y de casi todo el socialismo europeo- de que reconocer derechos ligados a la convivencia no justifica cambiar la definición y el sentido del matrimonio, que es un bien a proteger. He aquí sus 6 argumentos contra la ley de matrimonio homosexual.
En Inglaterra, Tony Blair, el ex-premier británico laborista, decía el 25 de noviembre en la BBC “Si hablas de tu fe religiosa, la gente te toma por un pirado”. En la inmensa mayoría de países, Mercedes Aroz habría podido seguir siendo senadora socialista y defender la vida, el matrimonio y la libertad de los padres para elegir la educación de sus hijos. En España, su esfuerzo por conciliar su fe y el trabajo en un partido, no es posible.
1 comentario:
Nota: ¿el autor ha comparado los resultados de votos de Aroz, con los de Aguirre o Barranco en su época de senadores? Resulta que estadísticamente los senadores con apellidos que comienzan por las primeras letras del alfabeto consiguen más votos que el resto. La explicación es sencilla. Las listas son cerradas y desbloqueadas, al contrario que pasa en el Congreso. Cuando votamos, votamos candidatos, no listas completas. Y curiosamente en las papeletas de color sepia los candidatos a rellenar escaños del Senado, están colocados por orden alfabético, por tanto, los votantes suelen elegir a los primeros candidatos (el número varía dependiendo de la provincia en la que vote el ciudadano) ya que el Senado es una cámara de representación cuyas funciones propias están diluidas para el cuerpo electoral (es más, ha sido el Gobierno Zapatero el que ha intentado dar alguna competencia propia al Senado y dejarlo como cámara de representación autonómica).
Los datos son datos, las opiniones son libres.
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