Cuesta creer que en plena isla de Manhattam, sin salir del centro de Nueva York, pueda visitarse una construcción románica y medieval genuina, del calibre de The Cloisters. Donación de Rockeffeller al Metropolitan Museum, con sus 1.200 piezas de arte, situado en lo alto de una montaña y totalmente rodeada de bosque, con el inmenso río Hudson debajo, es una auténtica maravilla digna de visitarse.
Llevados en 1930 piedra a piedra desde Europa, sus cinco claustros románicos (Saint Michel de Cuxa, Saint Guilhem le Desert, Trie en Bigorre, Froville y Bonnefont), decorados con trapecios flamencos, contando con manuscritos miniados, junto con elementos de la capilla segoviana de Fuentidueña.
Para colmo de detalles, la vegetación que contiene el claustro es la misma que históricamente documentada cultivaron hace siglos los monjes. Hiervas aromáticas y medicinales, frutales y decorativas, iguales a las que fueron cuidadas entonces por los frailes medievales, dan al conjunto un sabor inmejorable.
No hay comentarios:
Publicar un comentario